jueves, 5 de enero de 2012

Hoy me jubilo

Día 5 de Enero. 
Hoy es mi cumpleaños.
Cumplo 65. 
Por lo tanto, ¡ME JUBILO! 
No sé de qué, pero me jubilo. 
Así que voy a hacer lo que leí el otro día:

"HOY TENGO QUE HACER MUCHAS COSAS:
* HAY QUE MATAR LA MEMORIA
* HAY QUE PETRIFICAR EL ALMA
* HAY QUE APRENDER DE NUEVO A VIVIR"

Lo único que ocurre es que yo no soy una persona muy constante y no estoy segura de poder hacer lo anterior. Así que intentaré otra cosa que también leí y me parece más positiva, aunque también es difícil:

Tu actitud es todo en la vida.
Alégrate cada mañana.
Ríete de ti mismo. Acéptate.
Sé bondadoso y amable con los demás.
Sonríeles, porque cada persona que te encuentres tiene sus problemas
y tu sonrisa lo ayudará.


La vida no es esperar a que la tormenta pase,
ni es abrir el paraguas para que todo resbale...
 
La Vida es aprender a bailar bajo la lluvia.

¡Que cada día de tu vida lo disfrutes al máximo!






Bueno, mañana empiezo. Y mañana también quiero comentar el último libro que leí.
Buenas noches.

Esto ya lo añado el día 11 de Enero. 

Es que con los nervios de mi cumpleaños, de la espera de Los Reyes, la novedad del blog... se me pasó por alto algo muy importante que ocurre en este día.


Es una historia familiar y algo larga. Es de tradición. Y me gusta mucho.


Hace muchos, muchos años, tantos como 55 o más, mis abuelos paternos vivían en Tegueste. Mi abuelo era médico de allí. Y sus hijos y nietos vivían en Santa Cruz.


Hoy día Tegueste está bastante cerca y es fácil y cómodo para ir. Pero, de cuando yo hablo, la cosa era bastante más complicada por las carreteras, por los coches más lentos y porque las distancias eran más largas. Bueno, esto último puede que no sea cierto solamente que como yo era pequeña me parecía lejos, muuuy lejos.


Sigo. En ese entonces, como ahora, se hacía la Cabalgata de Reyes, y pasaba, entre otros sitios por la Calle del Castillo que era donde vivía yo con mis padres y hermanos.

A mis abuelos (y a qué abuelos no) les hacía mucha ilusión ver la cara de sus nietos abriendo los regalos que les dejaban los Reyes. El problema era, como ya dije, que vivían en Tegueste. Y venir el día 6 por la mañana era como complicado. Porque ya sabemos lo muy madrugadores que son los niños ese día.


Y, además, ¿a qué casa iban? ya que tenían 5 hijos, con hijos a su vez. Me explico mejor, tenía nietos de 5 hijos. Una hija con 11; un hijo con 8; otra con 4; otro con 4 y otro con 6. Hoy día ¡un mogollón! En aquella época, normal.


Entonces ¿qué hacer? 

Y la solución que se les ocurrió fue: 

Como la Cabalgata pasaba el día 5 por la calle del Castillo, y en la calle del Castillo vivía uno de los hijos, pués se iba allí a ver la Cabalgata y como los Reyes iban tan cargados, al pasar por nuestra casa se les aliviaba algo de su carga "permitiéndoles" que dejaran los regalos de esta gran familia al pasar por la casa.


Y, oye, era verdad. Nosotros estábamos embobados en el balcón viendo pasar a los Reyes y cuando terminaba y nos íbamos para adentro ¡AHÍ ESTABAN LOS REGALOS! Pero ¿cómo era posible si antes habíamos deambulado por la casa y no había nada? Y es que por eso se llaman REYES MAGOS. Hacen magia, como Tamariz o puede que más.


Así que los niños de esta familia recibía los regalos el día 5 antes de acostarse y no el día 6 por la mañana como los otros niños. Teníamos unas horas menos de ilusión pero unas horas más para disfrutar de los juguetitos.


¿Y cómo está la cosa ahora que ya todos somos mayores? Bueno, somos mayores pero hay descendientes. Y mis hermanas Conchi, Gloria y Amparo, ¡siguen con la tradición!


Año tras año preparan el Belén. Un Belén precioso que nuestra madre siempre ponía. Incluso algunas de las casas tienen más de 100 años ¡una joya!


Un Belén que hacen con mimo, cariño y mucho trabajo. Trabajo porque hay que desalojar parte del salón y guardar esas cosas para colocar las del Belén. Trabajo porque son tres, cada una con sus ocupaciones, y se tienen que poner de acuerdo. Trabajo porque siempre hay algo nuevo que comprar o porque las luces no funcionan... en fín, trabajo. 



PERO QUE ELLAS HACEN CON MUCHO GUSTO.
                                    


Y no acaba aquí todo. Hay Más. Y es que las tradiciones se van haciendo poquito a poquito.
Otra costumbre que ya se ha hecho tradición es la de poner una mesa con cosas para picar y beber mientras van llegando. Puesto que cada uno ve la Cabalgata en un sitio, según esté más adelantado o más atrasado, llegará a la casa más temprano o más tarde. Y como hay que esperar a que lleguen todos para empezar pues, eso, se pica y se bebe algo. 

¿Y cómo comenzó esto de comer y beber algo? De una forma muy sencilla. Mi hermano Gaspar, que en aquella época estaba soltero y venía de su farmacia de Tegueste, apareció un día con un quesito blanco y una botellita de vino que nos vino muy bién. Al año siguiente otra vez más algo que a otro se le ocurrió aportar. Y al otro hubo más aportaciones. Y así ya se hecho costumbre.

¡Ojo! que Sus Majestades también tienen su piscolabis.

Ya estamos todos reunidos, comidos y saciada la sed y comienza la celebración. Se lee el evangelio, se da gracias a Dios, se le piden algunos favores, se reza un Padrenuestro, se canta un villancico, se hace alguna representación... Todo esto cambia de un año para otro. Y la artífice de esta celebración, normalmente, es mi hermana Amparo con la colaboración, por supuesto, de Conchi y Gloria.


Por fín ya los niños se dan cuenta de que los Reyes se ha tomado lo que le han dejado y comienzan a buscar los regalos a través de las pistas que van apareciendo por diversos lados de la casa. Los nervios se van apoderando de todos.


También se ha llegado a un acuerdo con los Reyes: ellos dejan regalitos a los niños y a los no tan niños pero que no trabajan. Y los adultos nos hacemos el regalo entre nosotros jugando al amigo invisible. Se pone un presupuesto intentando que no sea mucho porque se trata de un detalle. Antes hemos escrito en unos papeles con nuestro nombre dos o tres cosas que nos gustaría y dónde se puede encontrar para facilitar las cosas al amigo invisible.


Y, otra cosa, es dejar en un sobre, anónimamente, un donativo para algún proyecto que se elija. Este año, por ejemplo, ha sido para CAFÉ Y CALOR.


Y eso es todo, aunque es muy probable que me haya dejado cosas en el tintero. Pero ya para el año que viene.



1 comentario:

  1. Hola Carmen, felicidades por tu jubilación. Ánimo con el blog. Tú vales mucho. Tu amiga Carlota

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