lunes, 30 de enero de 2012

DÍA DE LA PAZ

No quiero que pase este día sin tener unas palabras en mi deseo por la paz.

Es un poco tarde para mí y estoy algo cansadilla así que voy a hacer una cosa.
Rebuscando entre mis papeles encontré un escrito que hice allá por los años ochenta y algo. Y fue escrito para mis alumnos de aquella época para un día como el de hoy.

Volviéndolo a leer me he dado cuenta de que las cosas no han cambiado mucho. Realmente solo han cambiado los nombres (y no todos) porque las acciones siguen exactamente igual.
Ahora habría que añadir lo de la crisis pero no estoy en condiciones. Y es que no me entero cuando hablan del tema. Que es a todas horas. Lo único que veo (o que oigo) es que hay muchísimas soluciones pero, por lo que se ve, ninguna es la acertada. O será que los periodistas tienen las soluciones y los políticos no los escuchan. O es que esta crisis es la tapadera de algo más profundo que no quieren que destapemos. No lo sé.

Bueno, Carmen, déjalo ya. A lo que ibas.

Sí, ahí pongo el escrito de hace ya veintitantos años:


                             FELIZ CUMPLEAÑOS

    30 de Enero, DÍA DE LA PAZ. Y, me pregunto yo ¿Qué celebramos ese día? ¿La paz mundial?, ¿la paz en España?, ¿la paz en Santa Cruz?, ¿la paz en el Instituto?, ¿la paz en casa?

Pero, ¿dónde está? Tengo que encontrarla para poderle dar una fiesta de cumpleaños.

    Me pongo la mochila a la espalda y busco por el mundo. Y me encuentro bombas, hambre, injusticias sociales, guerras interminables… Y me digo: No, aquí no está. También me digo: Bueno, no importa, me voy a España.

    Al abrir la puerta de Los Pirineos me encuentro a un tal Garzón que está investigando un asunto en el que intervino “gente importante” y “menos importante” para matar a gente de ETA que, a su vez, mata gente de los otros.

Sigo bajando por la piel de toro y me preguntan si he visto por el mundo a Roldán que fue jefe de la Guardia Civil y, por lo que dicen, no fue como muy honrado.

    Me cuentan cosas de un Rubio, de un Conde, de una Rosa (me parece), de ¿??? ¡Es que ya ni me acuerdo!
                           Total, no está la paz.


Y sigo adelante. Ya, sin dudas, me vengo a Las Islas que seguro que aquí está porque por algo las llaman Afortunadas. Ya en el avión hubo una bronca entre fumadores y no fumadores. Y, al coger un taxi, el conductor dice que tiene que ir un momento al supermercado, que había una oferta de cuatro por dos y que su mujer le había hecho un encargo. Cuando llega venía sangrando y con la ropa rota, pero muy feliz. Dijo que se tuvo que pelear pero que al fin había conseguido su propósito. ¡Pobre gente!, pensé yo, ¡lo que tiene que hacer por un trozo de pan para sus hijos! Pero mi asombro no tenía límites cuando me enteré que la pelea había sido para conseguir ¡jabón!

    Ya no quería escuchar más. Me tapo los oídos y zumbando al Instituto: gente joven, desenfadada, con ganas de vivir… cerraduras rotas, pintadas agresivas en paredes y pupitres y, lo que es peor, horrible, sin nombre: broncas pero, de tal calibre que dos alumnos tuvieron que pedir traslado porque les era insoportable seguir aquí.

    Hundida, desanimada, angustiada, me fui con mi última esperanza: los hogares. Abría puertas y más puertas: mujeres maltratadas, hijos contra padres, padres contra hijos, acoso sicológico, abuelos solos, muy solos…

    Me fui a casa arrastrándome. Era el 29 de Enero por la noche y no podía celebrarle su fiesta a La paz porque no la había encontrado.

    Llorando de rabia, de impotencia, de… tristeza, me senté en la cama y me quité la mochila para vaciarla.

    Y, en el fondo… ¡Allí estaba, dormida!

    Cuando la desperté, la puse verde. Y ella, con su característica tranquilidad y dulzura me dijo: ¿Por qué te enfadas conmigo? Todos me llevan con ellos. Lo que pasa es 

 ¡QUE SE OLVIDAN DE SACARME!

                                         30 DE ENERO:

                    VUELVE DEL REVÉS TU MOCHILA



 

1 comentario:

  1. Triste día, el de la PAZ. Quizá, si acercamos el objetivo a cada uno de nosotros, sería el primer peldaño a superar: "ESTAR EN PAZ CONSIGO MISMO, CADA DÍA".
    Por lo demás que has escrito, muy valiente. Tenemos que ser conscientes de que por el camino que llevamos, no lograremos conseguir la PAZ.
    Quiero ser optimista.Hoy empiezo.

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