domingo, 23 de marzo de 2014

¿PARA MÍ, QUÉ ES SER VEGETARIANA?



Hace ya dos años opté por ser vegetariana.

¿Por qué?

Es una pregunta que me hacen con frecuencia.

Y es una pregunta que me hago yo misma muchas veces.



Y no es fácil de contestar ya que ¿por qué una persona como yo que he sido fundamentalmente carnívora he cambiado mis hábitos de la noche a la mañana?



Puede haber muchas respuestas y suposiciones por parte de otros pero, lo que es por mí, hay, más que respuestas, una meditación continuada buscando ese por qué a mi acción, aunque no creo que lo haya de una forma categórica.



Por descontado y por supuesto que está lo del respeto a los animales. Ya eso lo dice el DRAE sobre vegetarianismo: Régimen alimenticio basado principalmente en el consumo de productos vegetales, pero que admite el uso de productos del animal vivo, como los huevos, la leche, etc.

Pero es más, mucho más que eso porque, en una segunda acepción dice:

Doctrina y práctica de los vegetarianos.

¿Y ¿Qué es doctrina? Pues en el mismo diccionario las dos primeras acepciones son:

1. f. Enseñanza que se da para instrucción de alguien.

2. f. Ciencia o sabiduría.

Y así podría seguir, una y otra vez, apoyándome en el diccionario. Pero ya he llegado a lo que a mí me hace pensar. El saber que es una enseñanza, que es una ciencia o sabiduría.



Eso es precisamente lo que yo voy buscando, una enseñanza, una sabiduría.

En realidad creo que todos vamos buscando eso y que cada uno elige su camino. Yo he elegido éste, el de vegetarianismo.



Hoy por hoy creo que es un camino correcto. El saber que estás intentando que se respete toda la vida que hay a mí alrededor me da sensación de paz, de bienestar.

Cuando digo respetar la vida a mí alrededor hablo con amplitud. No me refiero solo al respeto a los animales, me refiero a todo lo que me rodea, a la naturaleza entera.



Uno de los pobres argumentos que se tiene en contra de los vegetarianos es que comemos vegetales y que los vegetales también sienten. Bien, puede que sea cierto porque reaccionan ante la luz, la sequedad… pero creo que sobre eso hay mucho dicho y escrito y no estoy preparada para rebatirlo. Lo que sí pienso es que por algo hay que empezar y yo empecé por lo que empecé y no voy a criticar al que no ha empezado.



Intento, y quiero cada vez con más intensidad, respetar todo lo que me rodea. Para eso mi actitud tiene que ser de paz. Ser de paz no quiere decir ser permisiva. Permisiva no, pero tampoco agresiva. Quiero exponer mis ideas con paz. Puedo decir que las corridas de toros, por ejemplo, son una de las cosas crueles que hay, que me avergüenzo de que en mi país sea una fiesta, que firmaría donde sea porque se acabase con esa indignidad…pero todo dicho sin aspavientos, sin insultos, sin llegar a las manos.



Hay que conseguir las cosas paso a paso. Estoy convencida de que dentro de muchos años (demasiados) la gente se asombrará de que en esta época hayamos tenido estas discusiones. Y se asombrará porque ya ellos lo habrán superado.

Esto ocurrirá como ha ocurrido que nos asombre y horrorice la esclavitud, la expulsión de los judíos, la Inquisición, la pena de muerte…



Todas estas ideas mías ya están más que dichas y mejor expresadas que las mía. Sin ir más lejos, uno de los últimos libros que he leído, en una de sus partes toca este tema. Me sentí feliz cuando lo leí:



“Los desorientados” de Amin Maalouf‏



El que habla lo llama “blind spot” , “punto ciego” Dice:

“[…] Vemos cosas que nuestros antepasados no veían; pero había cosas que sí veían y nosotros ya no vemos; y, sobre todo, hay incontables cosa que nuestros descendientes verán y que nosotros todavía no vemos, porque nosotros también tenemos nuestros “puntos ciegos”.

[…] todas las épocas tienen sus puntos ciegos, y la nuestra no es una excepción. Hay aspectos de la realidad que no somos capaces de ver, y es inevitable que dentro de unos años nos digamos todos y cada uno: “Pero, ¿cómo pude no ver eso?”.

[…] Las respuestas de los estudiantes no carecían de interés: recuerdo una que decía que las generaciones siguientes se indignarían seguramente al enterarse de que en nuestra época nos cargábamos a millones de animales en los mataderos y a la mayoría de nuestros congéneres les parecía de lo más natural […]”



Solo me resta decir que ser vegetariana no es suficiente. Mi meta es ser vegana. Pero si ya ser vegetariana es algo complicado, no para mí sino para los que me rodean que se preocupan más que yo cuando salimos a tomar algo, si me hago “formalmente” vegana les complico más la vida.



Pero TODO SE ANDARÁ.