lunes, 7 de abril de 2014

MI IPad

En la entrada anterior al blog no comenté que era la primera entrada del 2014 y que habían ocurrido, entre la última del 2013 y la primera del 2014, muchas cosas. Unas malas, malísimas y otras buenas, buenísimas.
Diré solamente dos de las buenas, buenísimas. Dos nacimientos en nuestra familia. El primero, el 14 de Noviembre de Enrique (Quique), tercer hijo de Susana y Fran. Y el segundo, el 17 de Diciembre, Lucas, segundo hijo de Eduardo y Rebeca. 
Bienvenidos a este mundo donde las cosas andan revueltas pero gente buena, como creo que van a ser ustedes, harán que el rumbo vaya siendo cada vez más hacia la igualdad, la libertad y la fraternidad.

Y dicho esto voy a hablar de mi hijo secreto. Nació allá por el verano. Bueno, nacer, nacer, no. Lo hice venir de...¡ni idea! Cualquiera sabe de donde vienen hoy día las cosas. Solo desea uno que lo hayan hecho manos adultas, bien tratadas, bien pagadas. Eso es lo que esperamos pero en el fondo sabemos que no es cierto en la mayoría de los casos.

Ya sospecho que se imaginan quién (qué) es mi hijo secreto: Sí, sí, es mi IPad.

Es igual que un hijo dando alegrías, desvelos, enfados, preocupaciones .... Y, sobre todo, que me ocupa muchiiiiisimo tiempo.

También, igual que a un bebé, lo llevo conmigo a todas partes. Como todavía no se han inventado cochecitos para IPad (como se enteren los chinos fabrican uno rápidamente ) lo llevo en un bolso en bandolera (¡anda que no pesa el Niño - IPad! Esto lo dicen mis cervicales, tan delicadas ellas).

 La verdad que es una gozada sentarte tranquilita en un banco de un parque o de una plaza y ponerte a leer, escribir, mirar fotos....

Lo paso muy bien con él, no lo voy a negar. 
Además, cuando se porta mal, lo apago y ya está. Se duerme hasta que yo quiera. ¡Fantástico!

Los conocidos me dicen que sí no me da miedo que me lo roben cuando voy con mi bolso en bandolera tan contenta. Y yo les digo, pero ¿ustedes creen que alguien se va a pensar que esa vieja (mayor, entrada en años, sesentona, de la tercera edad... todos los eufemismos que ustedes quieran) que esa vieja, decía, lleva en ese bolso en bandolera un IPad. Pues no, lo que pensarán es que a esa edad, lo más probable, es que lleve una bombona de oxígeno. Pero, para nada, un aparato que, por lógica (por edad, mejor), no sabe ni para qué sirve.