jueves, 3 de enero de 2013

MIS FIESTAS DE NAVIDAD 2012

A medida que pasan los años y que mis circunstancias son como son, temo más la llegada de estas fiestas.

Fiestas que antes eran entrañables, acogedoras, de vivencias. Pero ahora nos hemos metido en una dinámica en la que todo el mundo tiene que ser bueno, estar alegre, ser generoso... que todo eso está muy bien pero sin forzar.

No se puede, ni se debe ser generoso porque te lo impongan el bombardeo de los anuncios, los grandes almacenes o quien quiera que sea y por la causa que sea.

Hay que ser generoso todo el año, bueno todo el año y alegre todo lo que se pueda y te dejen o te dejes tú misma.

La noche del 24 estuve en la casa familiar de los López-Reig. Nos juntamos 12 personas. Creo que la ONU tenía mucho que envidiarnos. Explico:

Dos mayores, Antonio y yo. Antonio no sabe idiomas pero nunca lo he visto que se quede callado ante algún "guiri" que le pregunte algo. Saca de lo más profundo de su mente los retazos que tiene guardados. Retazos de francés, de italiano, de inglés, de latín, de griego... todo eso, junto al español y la mímica, siempre ha hecho que lo entiendan.

Yo, realmente sé español; el francés lo tengo muy lejos, muy en el fondo de mi mente y no lo alcanzo ya. El inglés, el poco que sé, solamente me sirve para el presente porque todavía no he dado ni pasado ni futuro. Aquí y ahora. Lo demás no existe. Como los indios: yo estar, yo llamar, yo ser... Ahora que la mímica sí que se me da. Entre lo que gesticulo, grito y hablo despacio, despacio... ¡cómo el gomero que fue a Londres!   

Luego estaba la gente joven. Esta si que está preparada. Susana y su mucho inglés y algo de alemán; Fran con su recuerdo del inglés y su nuevo avance en alemán; Mincho con su muchísimo de inglés, y su catalán que ya le sirve para dominar donde quiera que vaya; Johanna con su finlandés, su inglés y su español; Judith con alemán, inglés y seguro que más. 

Y también entre los jóvenes había un invitado que estaba solo solito y lo invitaron. Un alemán que está trabajando aquí y aprendiendo español con Fran. También hablaba muy bién inglés y creo que le entendí que la Merkel y él como que no eran muy amigos. A lo mejor por eso está aquí justo en el momento en que tantos se van para allá.

Quedan los niños. También dominan idiomas. Leyre el alemán, el inglés y creo, aunque no estoy segura, también el silbo gomero. Kirshi, finlandés, inglés, español. Español que también saben Sara y Javier que se están soltando en inglés y en alemán.

Total, lo que dije, ni en la ONU.

A las 12 fuimos a la Misa del Gallo en la iglesia de La Cuesta. No había mucha gente, más bien poca. Me llamó la atención que había hombres. Cada vez escasean más en las iglesias. Me refiero a hombres como fieles, de los que están "abajo" porque "arriba" siguen estando dirigiendo, controlando, dominando... También había jóvenes. Estuvo bien.

El día 25, por la tarde, como es tradición, fuimos a casa de mis hermanas. Se notan las ausencias. Ausencias por distintos motivos. Y como la tecnología se va imponiendo pudimos estar un rato hablando y viendo a "los de Madrid" y a "los de Alemania" Con estos últimos rezamos juntos un Padre Nuestro. Emotivo.

El día 27, me invitaron a ir a CAFÉ Y CALOR. Un proyecto de Cáritas del que luego pongo un enlace. Había una celebración donde se leyeron unas poesías y se cantaron villancicos. Algunos parece que no se enteraban mucho por casi desconocer el idioma. Pero estaban muy atentos y respetuosos. Luego hubo algo de picar. Yo estuve bien en lo que cabe. Y digo en lo que cabe porque ante esta gente me sobrecojo. No sé qué decir, no sé qué hacer. No me sale la naturalidad de forma espontánea. Tendré que trabajar este tema.

Pongo el enlace:


En el club de lectura al que voy habíamos hecho un sorteo para que cada uno regalase algo por Reyes a uno de estos acogidos. Ellos previamente escribieron su carta a Los Reyes Magos.

Algunas de estas cartas nos sorprendieron y nos hicieron reflexionar. Uno, en concreto, decía que desde que estaba en la calle había dejado de valorar las cosas materiales. Lo que de verdad valía ya para él era el trato que allí había recibido, el cariño, el respeto y que por eso no pedía nada para él sino para alguien que lo necesitase más.

El que me tocó a mí no escribió prácticamente nada. Sólamente "un reloj" Me sorprendió lo escueto de su petición. No le dí mayor importancia pensando que no sabría español.

Tenía ilusión por conocerlo y quizás ese fue el motivo por el que asistí a la celebración. Pero no lo vi. Se había ido. Decidió marcharse dos días antes. Fue otro de esos jóvenes que ven la puerta cerrada. Que no son capaces de abrirla. Que no miran hacia arriba donde están las ventanas por donde entran los rayos de luz. Me quedé bastante abatida. Descanse en paz donde quiera que esté. 

El día 29 fue el cumpleaños de Susana. Allí que fuimos a comer. Estaban los tres nietos. Sara que se va haciendo una mujercita con sus ocho años; Javier con cinco maneja el Ipad mejor que los de Apple, y Nerea con su año y siete meses sigue descubriendo y ampliando su mundo. Los tres están para comérselos.

El día 31 pues, bueno, un día y una noche más del año. Preferí dormir en el 2012 y despertarme en el 2013. No estuvo mal. Así el día 1 vi el Concierto de Año Nuevo desde Viena. Espabiladita y sin resaca.

Todavía queda el día 5 y el día 6. Espero que transcurran tranquilos, que vea la ilusión en la cara de los niños que es lo más bonito de estos días. Esas caritas expectantes, asombradas y algo temerosas es lo mejor de estas fiestas. Es lo único real.

SALUD, PAZ, TRABAJO... EN EL 2013