domingo, 5 de julio de 2015

QUÉ TENGO YO QUE MI AMISTAD PROCURAN

No, no estoy emulando a Lope de Vega. Él dijo Qué tengo yo que mi amistad procuras, porque se refería a Jesucristo. Y yo digo ...procuran porque me refiero a varios y varias pesados, pesadas.

Ahora va la explicación.

Antes de jubilarme siempre pensaba que una de las cosas que iba a hacer era algo tan sencillo como sentarme en un banco de La Rambla de Santa Cruz o del Parque García Sanabria y ponerme a leer. Solo de pensarlo se me hacía la boca agua.

Pues bien, lo he hecho dos veces. Un banquito con respaldo, a la sombra y algo alejada del bullicio.

Las dos veces apareció compañía. Alguien que se sienta a mi lado y que al ratito empieza, como quien no quiere la cosa, 
-¡qué bien se está aquí!
Silencio.
-Hoy no hace calor pero parece que mañana van a subir las temperaturas.
......... pues sí.

Y ya la fastidié porque, al ver que respondo, ya cogen la hebra y siguen hablando, hablando, hablando. Que si tiene dolores y fue al médico y le mandó unas pastillas que le suben la tensión y que con el colesterol le han mandado a caminar y se le hinchan las piernas y tiene que beber agua y que le han dicho que el agua de alpiste es buena para...

Qué puedo hacer si tuve una educación donde había unas normas de urbanidad en las que se decía, entre otras muchas zarandajas, que había que escuchar a los mayores. Pues cerrar el libro y escuchar. Y darme cuenta de que yo también soy mayor y de que en esas normas no decía nada de escuchar un mayor a otro mayor. Ante la duda siempre salgo perdiendo.

Así que pensé en otra estrategia.

Lo de sentarme en el banco seguía siendo válido pero cambié el libro por auriculares. No oiría nada si alguien se me sentaba al lado.

Ilusa. Siempre he sido una ilusa,

Antes no veía a quien se me sentaba a mi lado porque estaba leyendo. Pero sí que lo oía. Pues, ahora, no lo oía pero sí que lo veía. Y lo veía moviendo los labios (bla, bla, bla) y mirándome.

Carmen, quítate los auriculares que una persona mayor está necesitando comunicarse contigo.
...tengo dolores y fui al médico y me mandó unas pastillas que me suben la tensión y que con el colesterol me han mandado a caminar y se me hinchan las piernas y tengo que beber agua y que me han dicho que el agua de alpiste es buena para...

Así que hoy, domingo 5 de Julio de 2015, he vuelto a intentarlo. Sin libro y sin auriculares. Me siento en un banco del Mercado de Nuestra Señora de África a contemplar a la gente. Había un ir y venir de un personal de lo más variopinto. Estaba encantada.

¿Dos minutos? ¿tres? ¡zas! Un mayor a mi lado.
-¡Cuánta gente! -¡Mire aquella!
Aquella era una chica con una falda-pantalón muy corta que se agachó a recoger algo que su hija había tirado y dejó al descubierto gran parte de su retaguardia.
-¡Eso no se veía antes!
Como yo no decía nada me mira y me dice,
-¡Oye! ¿sabes que tienes cara de macho?
Lo miro tranquilamente y le digo ¡es que soy un macho!
-¿y eso?
De nacimiento, le digo. 
Me levanto muy digna y me voy feliz por haber contribuido al DÍA DEL ORGULLO GAY que, aunque se celebró ayer fantásticamente en Madrid, me había quedado con ganas de verlo.