martes, 27 de agosto de 2013

A MIS FANS

Me piden "mis fans" que escriba en el blog, que no deje pasar tanto tiempo, que quieren que les alegre el día. Y ese es el problema que tengo.

El título de mi blog ya saben que es "Hoy es un día cualquiera voy a ver si lo mejoro" Claro, con ese título no voy a poner cosas negativas. No tendría mucho sentido. Pero es que llevo un 2013 que no está precisamente para tirar cohetes.

No quiero contar mis males de manera minuciosa pero les diré: 

- Me corté la yema del dedo con un aparatito alemán que, vete tú a saber, si fue invención de los nazis. Por cierto que la yema dichosa, para horror de mi hija, está todavía en el congelador. Fue lo primero que se me ocurrió. Seguramente lo vi en alguna película. Y ahora no sé qué hacer con ella ¿enterrarla en una maceta? ¿ponerla en un cocido? Saben que soy vegetariana pero como es mi carne puede que sea bueno para regenerar el dedo. ¿Y si me regenera las caderas? ¡Ya tengo más que de sobra! Así que lo dejaré ahí hasta que encuentre la mejor solución. Lo malo es que no tiene etiqueta que indique lo que es. Mejor no los invito a comer.

- Durante dos meses he tenido una lumbociática. Así que coja y con el dedo tieso. Estaba para una película de  Hitchcock, de esas de terror, que muchas veces pienso yo el mérito que tienen los que hacen el casting para encontrar unos tipos tan apropiados. No me presenté porque tenía las clases de inglés que si no...

- Me he caído ¡tres veces! en la calle. ¡Tres veces!
La última ya no dije nada porque me daba vergüenza.

En la primera hasta me llevaron en ambulancia. Y es que no me dejaron tiempo para reponerme. Casualmente había un guardia jovencito por allí. Yo creo que era su primer día y ya quería una medalla. Como el golpe fue contra el bordillo de la acera, en el pecho, como que se me cortó la respiración y no podía casi ni hablar, no podía decirle que esperara un poquito que cuando ya tenemos una edad necesitamos reponernos despacito.

La segunda metí los pies donde no debía. ¡había un aro de alambre en el suelo! yo corrí para coger el semáforo en verde y ¡zas! metí un pie, o los dos. Ni idea. Lo que sé es que otra vez estaba el bordillo de la acera ahí esperándome. Esta vez prefirió mi codo. ¡siete puntos! No es mucho si no fuera porque se me infectó la herida y tuve que ir todos los días a curarme. Me hice amiga de las enfermeras, de las que atienden el teléfono, del médico. Ya me veían entrar y los saludos se oían por todo el recinto. 
Es que se me ocurrió decirles que como no tenía posibles para irme de viaje este verano, había decidido pasar mis vacaciones allí. Y estaban felices de verme porque ¡qué cosas! en agosto la gente no se enferma. Estaba casi siempre muy vacío. Y estaban aburridas y yo era como el entretenimiento. Hasta el médico que al principio era tan serio acabó bromeando y riéndose. Sobre todo cuando vió que al rozar a la enfermera le di corriente y ella dió un salto. Él se asombró y le dije que eso me pasaba algunas veces con la gente, que les daba corriente (calambre, para entendernos = estremecimiento producido por una descarga eléctrica de baja intensidad.) A partir de ahí cada vez que entraba me tocaba para ver si ¿le daba corriente? Ja,ja,ja, es broma.

Y de la tercera caída no hablo porque como no se lo he dicho a nadie...

Yo digo que estoy aojada (vamos, que alguien me hizo mal de ojo) porque para mí eso es más de autoestima que decir que estoy mayor.

Creo que a partir de ahora voy a contar cosas más alegres aunque será difícil, pero lo intentaré. Me inventaré algo y dejaré la realidad para tiempos mejores.

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