lunes, 9 de septiembre de 2013

HOY EMPIEZA EL COLE

Recuerdos, recuerdos, muchos recuerdos viendo a los pequeñines empezar hoy el colegio.

Me traen recuerdos de cuando era pequeña, no tan pequeña, de mediana edad y de más que mediana edad.

No, nunca me ha gustado ir al colegio. Y aquí me tienen, con 66 años y en clase de inglés. Estoy empezando a pensar que soy masoca.

De cuando niña los recuerdos no solamente son míos, también de mis hermanas, especialmente de Amparo que sufría mis lloros, mi tardanza. Y los sufrimientos que le di a mi madre...

No me gustaba nada, pero nada ir al colegio. Cada mañana era una tortura para mí, para mi madre y para Amparo que es la que me tenía que esperar para ir con ella.

Mi madre me ponía los zapatos. Bueno, intentaba porque yo engurruñaba los pies y no había manera. Cuando por fin podía meterlos yo lloraba y lloraba porque decía que tenía una arruga en el calcetín. Y otra vez a empezar. No sé si siempre, pero muchas veces terminaba el asunto porque me daba alguna moneda para comprarme algo en "el carrito de D.Romualdo" Y es que, queramos o no, todos tenemos un precio.

No sé cuánto tiempo duró esta tortura. Ya me veo de más mayorcita resignada cada mañana a afrontar lo que parecía escrito en mi sino: Carmen, tienes que ir al colegio. Y, obediente que fui, he llegado hasta hoy yendo al colegio, al instituto, a la Universidad, al instituto otra vez y ya como profesora, a torturar a otros niños. Ahora pienso ¿sería una especie de venganza? Porque a mí tampoco me ha gustado la enseñanza y ahí que estuve durante 30 años. Y ahora, otra vez alumna. Ya les dije que masoca, masoca.

Me dirán ¿Y las vacaciones? ¡Anda que no tenías vacaciones!

Es verdad que sí. Pero también les digo que disfrutar, disfrutar, lo que se dice disfrutar... ¡únicamente el primer día! Luego ya la angustia en el estómago. Ahora veo que estaba de psiquiatra pero antes o no había psiqiatras o eran para los locos, locos. Y yo solamente estaba medio loca.

Y es por eso que cuando veo estos días a los niños llorando por ir al colegio me identifico tanto con ellos. A los que veo ir contentos no los entiendo, de verdad que no los entiendo. ¡Con lo bien que se está en casa! Y yo no tenía ni tele, ni ordenador, ni maquinitas, ni.... Pero sí, libros para leer y una imaginación capaz de llevarme a cualquier sitio que quisiera. 

Este dibujo me lo mandaron el otro día:
 Me hizo gracia pero como que también me trajo estos recuerdos que acabo de desgranar. 

Y ya hoy viendo a los niños, limpitos, de la mano de sus padres o madres, terminó por redondear mi angustia sabiendo que el 16 iré yo, posiblemente limpita pero sin que nadie me dé la mano a mi tercer curso de inglés.

¡Buaaaah, yo no quiero ir! ¡ tengo una arruga en el calcetín!

2 comentarios:

  1. Carmen, que gracia me haces... Pero es verdad todo todo lo que cuentas? Y encima y jubilada y con 66 años, a Inglés... Oye, que ya me tengo que pensar si no es algo más que medio loca o eres una persona excepcional, es decir, excepción, no estás en la regla general... pienso que para bien tuyo y de los demás. Miguel.

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  2. Todito lo que cuento es verdad Miguel. No soy excepcional, estoy como una cabra, lo asumo.

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